CAMINO REAL DE GUADALUPE. El Comienzo

Nos ponemos toda la ropa que podemos braga, guantes, gorro, etc ... son las 8,30 y dejamos atrás la antigua Churrería, donde minutos antes degustamos esos ricos churros artesanos.

Llegamos al puente del río Tajo y una bruma sale de sus aguas del contraste del frío con el agua, paramos en el puente y por sus arcos, como hace treinta y cinco años, las golondrinas están pasando de un lado un otro.

Nada más cruzar el puente, sale una carreterilla a la derecha, abandonada y llena de baches, la cogemos y enseguida sale un camino, este cuesta arriba, vamos calentando pues tenemos bastante frío.

Siguiendo el camino cruzamos la carretera  varias veces y en este trayecto nos damos cuenta que las cubiertas que pusimos no son buenas para campo pues en varios tramos con arena o piedras las bicis no se controlan.

Cogimos la carretera, ésta sin tráfico, echamos un vistazo atrás y vemos Puente del Arzobispo que se queda es una hondonada.

La carretera es siempre ascendente, a unos 4 kilometros nos da un respiro y una bajada nos lleva al puente de Arroyo del Pedroso, desde aquí todo subida y notamos un cambio en el paisaje, encinas y jaras a los lados del camino.

Llegamos a un cruce y en una piedra grande vemos los kilometros que marcan para los pueblos, como podéis ver en la foto.

Hacemos los 5,9 kilometros que marcaba la piedra y entramos en Villar de Pedroso.

Entramos por la calles, pasamos una fuente redonda de granito y dos señoras nos indican cómo llegar al Ayuntamiento.

Por las limpias calles de este bonito pueblo, llegamos a la Casa Consistorial, entramos a sellar las primeras credenciales de la historia del Camino de Guadalupe.

Nos pone el sello y la firma el Alcalde y le hace mucha ilusión siendo esta la primera credencial del Camino, después de charlar un rato, preguntamos cómo llegar a la iglesia.

La iglesia tiene una torre rectangular con campanas en los 4 lados, un porche de entrada con tres columnas redondas, entramos a sellar y está casi llena de feligreses, paso a la sacristía y el sacerdote me dice que en unos minutos comenzara la misa, me dice que me espere que acabe la misa y nos llevará a su casa que es donde tiene el sello, al igual que el Alcalde comentó que le hacía ilusión ponernos el sello de esta iglesia.

Me voy fuera y María me espera con las bicis, nos dirigimos a una cruz que está justo al lado y decidimos continuar  pues tenemos el tiempo muy justo para no andar de noche.

Al salir del pueblo vemos el primer cartel de ruta por la Jara, este pintado con un gran ciervo.

Nos separan seis km. para llegar al próximo pueblo y el pedaleo no se hace cómodo, parece que es llano, pero no lo es y seguimos subiendo, vemos al fondo unas montañas.

Paramos a descansar un poco y echamos la vista atrás, vemos Villar del Pedroso muy abajo y de fondo la Sierra de Gredos.

Seguimos pedaleando por el centro de la carretera pues no hay tráfico, tan solo vimos dos coches. Una ligera bajada nos deja muy cerca del pueblo, éste cuesta arriba.

Me paro a hablar con un abuelete que toma el sol a la entrada y me dice que para el Puerto de Arrebatacapas quedan 5 kilometros y que en bici cuesta mucho subir, bueno me despido pues María ya está arriba.

Seguimos calle arriba y después de un buen rato subiendo preguntamos por el Ayuntamiento y nos dicen que nos lo hemos pasado, decidimos que María seguía despacio y yo retrocedía para coger los sellos.

Como ahora es bajada enseguida estaba en el Ayuntamiento,  me sellan y me dicen que nos vieron por el camino esta mañana con las bicis, me comenta que vive en el Puente y que trabaja en Carrascalejo, yo le digo en broma, que por la noche en Toledo y por el día en Cáceres, éste pueblo es el primero de Cáceres

Por una calle empedrada fui a la iglesia, cuando llegué estaba cerrada y un señor  me dijo qué estaba dando clases a los niños en Villar del Pedroso.

Salgo del pueblo y una rampa dura me obliga a bajar desarrollos, paso junto a unos chozos típicos de Cáceres, usados antiguamente por los pastores y actualmente como casa rural.

Sigo subiendo y despues de un buen rato sin ver a María me entran las dudas y me da por pensar que lo mismo está en el pueblo, al fondo por fín veo algo azul que contrasta con el verdor de la zona.

Paro a quitarme ropa pues a estas horas hace mucho calor y más subiendo este puerto, aprovecho para hacer algunas fotos.

Por fin cojo a María y páramos a comer unas nueces, chocolatinas y unos acuarios.

Emprendemos la marcha y esto sigue subiendo, a nuestra derecha vemos Carrascalejo cada vez más pequeño.

Vamos pedaleando paralelos pues estamos solos, de pronto oigo el ruido de una motillo que poco después nos adelanta, al fondo vemos una Cruz Blanca, estamos casi arriba.

En la cima un monumento de piedras a la Virgen de Guadalupe rodeada de flores, nos llamó la atención un escrito plastificado que está escondido entre las flores, lo leyó María y lo dejamos donde estaba.

Este monumento tiene encima un barco de hierro, que luego veríamos en Guadalupe en oro.

Justo al lado de la Gran Cruz Blanca que nos recuerda la Cruz de Ferro del Camino de Santiago, nos hacemos fotos y ponemos las primeras piedras grabadas de este camino.

Desde aquí arriba tienes una sensación de libertad, estamos en la Sierra de Altamira a un lado la Sierra de Gredos y al otro Las Villuercas.

El aire aquí arriba es muy fuerte, antiguamente a los  peregrinos que pasaban por este puerto el aire les arrebataba las mantas o capas, de ahí el nombre: Arrebatacapas.

Antes de partir nos pregunta el Señor de la motillo que donde vamos tan cargados con las bicis, le dijimos que a Guadalupe y nos dijo, veis esa montaña grande de enfrente, pues tenéis que subirla, nos dijo que era mucho más alta que en la que estamos y con una subida más dura.

Con esos ánimos Comenzamos a pedalear y bajamos dirección al  siguiente pueblo.

La bajada es una delicia, sin coches, buen asfalto y con un paisaje de lujo.

Vamos despacio disfrutando de estos parajes y de nuestras bicis, ya tendremos tiempo de sufrir en las cuestas.

Llegamos a Navatrasierra y como en Arzobispo los azulejos representan un poco la comarca.

Subimos por una calle estrecha y llegamos al Ayuntamiento, yo me voy a sellar, Marisol la secretaría del Alcalde nos sella y me dice que la avisaron de Carrascalejo de nuestra llegada por lo que nos estaba esperando, la verdad es que los ayuntamientos que llevamos se han portado fenomenal, me despido pues María me espera sentada en las escaleras con las bicis.

Como la iglesia está cerrada fuimos a sellar al bar El Cazador y de ahí de nuevo al camino, dejamos atrás el pueblo, apenas sin esfuerzo pues es bajada.

Pronto llegamos a una zona llana y pasamos una granja con cerdos negros, pero esto dura poco y comenzamos el terreno ascendente.

Subiendo llegamos a un área de descanso que está a nuestra izquierda, hubiese sido un sitio ideal para comer, pero preferimos seguir subiendo.

Las rampas no tienen descanso y nos damos cuenta de que hace más de un mes que no cogemos la bici, por lo que estamos en baja forma.

Despues de mucho subir decidimos parar un rato a descansar y comer unas barritas y chocolatinas y aquí vemos a las únicas personas que veríamos en estos parajes, unos leñadores que se extrañaron de vernos por esos lugares.

Miramos los planos y llega un momento que no sé dónde estamos y no es de extrañar pues nos encontramos en un bosque de encinas y jaras.

Una nueva parada y echamos un vistazo a los planos, estamos en una zona más despejada, a nuestra derecha vemos la sierra de Altamira.

Seguimos pedaleando y llegamos a una pequeña explanada y desde aquí vemos por primera vez mas baja la Sierra de Altamira y detrás más alta la Sierra de Gredos.

De nuevo a subir y subir,  esta vez María va delante y de pronto me dice: Mira ya estamos en el Hospital del Obispo.

Me dio mucha alegría pues minutos antes calculamos que estábamos a unos 4 km de Hospital.

Paramos a hacer fotos y a coger agua en la fuente, por cierto, buena y súper fría.

Dejamos atrás este lugar y  desde lejos saco fotos para el recuerdo.

Seguimos subiendo y en este tramo ascendente las curvas se suceden, por fín llegamos arriba, desde aquí el paisaje es impresionante.

Son casi las 4 de la tarde y anochece a las 6 aproximadamente por lo que tenemos el tiempo justo.

Bajamos muy deprisa y de pronto nada más pasar María se cruza un ciervo, me doy un susto de cuidado.

Vamos bajando y los ciervos al oírnos se asustan y se ven las jaras moverse a su paso, así como los ruidos.

El siguiente susto seria más serio, se le cruzan a María cuatro ciervos, unos delante y consigue esquivarlos mientras otros detrás pasan rozándole las alforjas, ¡que susto que pasamos!

Después del susto bajamos muy despacio por miedo a que nos tiraran, pensé que al no hacer ruido la bici, cuando nos ven se asustan y salen corriendo sin mirar.

Más adelante vimos un estanque donde bajan a beber los ciervos y aquí vimos unos cuantos comiendo y bebiendo, un poco más adelante decidimos parar a comer algo.

Parece mentira desde Navatrasierra no hemos visto a nadie en la carretera, no quiero ni pensar que si pasa algo a quien recurres pues tampoco hay cobertura en el móvil.

Llegamos al cruce y  el cártel marca 13 km a Guadalupe, la carretera es buena y con buen arcén.

El sol cada vez mas tímido se esconde en las montañas, estamos a 7 km y seguimos subiendo.

En el siguiente tramo nos encontramos con un peregrino de a pie que viene andando desde Navalmoral de la Mata, charlamos con él y nos dijo que quedaba de subida lo que se veía, después nos despedimos.

Estamos a punto de coronar el Alto del Humilladero a 4,5 km. de Guadalupe.

Entramos para hacer fotos a la Ermita del Humilladero, en una de sus paredes un escrito grabado en azulejo, que lástima que algún desalmado se entretuviera en romperlo.

A pocos metros del Humilladero está el mirador de Guadalupe desde aquí la vista es impresionante.

Salimos a hacer los últimos 4 km  y la verdad es que fue como una recompensa, digo esto porque desde aquí se llega a Guadalupe sin dar un pedal. Aquí vemos a María en la calle principal.

Por fin, la siguiente curva a la derecha nos deja ver por primera vez el impresionante Monasterio.

La emoción nos invade y nos abrazamos al lado de la fuente que está en el centro de la pequeña plaza, no disponemos de tiempo pues esta anocheciendo, nos vamos calle abajo al hostal Polky, donde nos espera Eutimia, la madre de Rocío, que nos atiende muy bien.

Metemos las bicis en el almacén, subimos a la habitación y la  merecida ducha, el agua parecía que venia del Humilladero en caída libre, pues el chorro que salía era fuerte y abundante, fue como un spa, nos dejo como nuevos.

Salimos a pasear por este pueblo tan bonito, la plaza con cinco calles a cual más bonita, con sus bares y las tiendas en los soportales qué están cerrando.

Entramos en la tienda-carnicería Manuel Montero para ver los productos típicos.

Fuimos a ver el arco de Sevilla, nos llamó la atención que encima hay una vivienda con ventana incluida, este arco da paso a la plaza.

Desde aquí fuimos a ver el Arco de San Pedro que está a espaldas del Monasterio.

Estuvimos viendo la hostería.

Más tarde el arco que está en la plaza, subiendo estas escaleras está la entrada para ver el Monasterio.

Con tantos restaurantes hay donde elegir y nos decidimos por el Hostal Cerezo II, pedimos migas extremeñas, caldereta de cordero María y yo pedí sopa castellana y caldereta de venado, postre y bebida 18 euros.

Cuando salimos del hostal María tenia la rodilla súper hinchada, en nuestros planes estaba regresar  en bici a Puente del Arzobispo pero lo veiamos casi imposible.

Después nos fuimos al hostal y subir las escaleras fue todo un suplicio, decidí que iría al puente yo solo en bici, pero María se opuso por lo que llegamos a la conclusión de que iría en el autocar al día siguiente, después de esto el cansancio nos venció y nos  dormimos enseguida.